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Tuesday, May 20, 2014

La montaña rusa de los diagnósticos difíciles

¡Ah, los cambios bruscos de estado de ánimo! Ya me estoy acostumbrando a que serán parte de nuestra familia durante un tiempo. En un solo día, el esposo puede pasar de contar chistes espantosamente malos (que me hacen rabiar y/o llorar), a estar de un genio de los mil demonios, a estar como si nada, instalado en la más irracional de las negaciones ("no, yo creo que no me van a dar quimio porque... pues porque yo digo ¿no?"), a estar triste y temer lo peor.

El fin de semana, así de la nada, me miró con auténtico terror en los ojos y me dijo que acababa de leer que mucha gente no sobrevive más de diez años. "Eso significa que no voy a ver a mis hijos terminar la Universidad, ni voy a conocer a mis nietos. Eso significa que después de tantos sacrificios no voy a verte llegar a "E", el rango que tanto anhelamos los dos en tu carrera. Tanto que planeamos y trabajamos para llegar a ese punto y no lo voy a ver". Yo me puse seria, pero no me alteré y le aseguré que había muchos casos donde los sobrevivientes llegaban a muy viejitos, y que todo dependerá de cuál tratamiento sea el que debamos seguir y cómo se cuide.

Los cambios drásticos de humor de mi viejo, más que preocuparme (los entiendo como algo muy normal en este tipo de situaciones), me desgastan un poco; los chistes me ponen los pelos de punta porque no me hacen gracia en lo absoluto, y los bajones donde lo aqueja la tristeza me desarman porque ya no encuentro qué decirle y tampoco quiero llenarlo de ideas ni darle esperanzas totalmente fuera de la realidad. 

Como he dicho antes, lo importante es tomar todo este asunto día a día. La cita con el especialista no es sino hasta dentro de algunas semanas, y hasta entonces no sabremos qué tipo de tratamiento tendrá que seguir. Sabemos que la enfermedad es crónica, que está en un grado lo suficientemente avanzado para requerir tratamiento, pero no tan avanzado como para siquiera contemplar que no haya nada qué hacer. Fuera de eso no sabemos nada... aunque sí sabemos esto: Somos lo suficientemente fuertes para afrontar esto y mucho más juntos, con eso me quedo.

1 comment:

  1. No bueno, es que me imagino en como estará funcionando su cabeza a mil por hora, pensando en lo que se podría llegar a perder.... pero no quisiera saber q eso le está restando momentos con sus hijos. No, bueno, ya sé que no, pero esos pensamientos son inevitables...

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